Algunas veces un prefiere comer solo que acompañado, capaz es un momento raro de meditación donde uno esta consigo mismo frente al plato o lo que sea que vaya a comer en ese momento.
No siempre es de ese modo pero se que le sucederá a alguno que otro, eso hace diferente a cada comida.
Los mejores recuerdos de comer que se suponen deberían estar rodeados de recuerdos de comidas con familiares alrededor de una mesa, no son de esa manera, sino que están rodeados de echos totalmente ajenos a ellos, comidas que marcaron un antes y después, comidas que guardaron en su momento un alto valor sentimental.
El tiempo se lleva ese tipo de recuerdos que lograr volverse algo intrascendente sin que nos demos cuenta, sucesos que se encargan de que se olviden y sean reemplazados por un nuevo recuerdo.
Al fin de cuentas solo queda un puñado de recuerdos de aquellas comidas que dejaron huella en uno, un asado, una hamburguesa, un chocolate, un simple caramelo, comidas que no merecen ser olvidadas , no por lo que fue comido sino por la compañía y el momento vivido de la calidez humana.
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